Diferencia entre kW y kWh

Ahora que el precio de la luz es motivo de preocupación por las subidas constantes de los últimos meses, es un buen momento para explicar dos términos que aparecen en la factura de la luz: el kilovatio o kW y el kilovatio/hora o kWh.


El kW y el kWh son unidades de medida que se utilizan para medir la potencia y el consumo eléctrico. Ambos conceptos intervienen en la factura de la luz y sirven para determinar la cantidad de dinero que hay que pagar por la luz que se consume en el hogar. El kW establece la potencia contratada y el término fijo de la factura de la luz y el kWh indica la energía consumida. Cada aparato eléctrico necesita una potencia para funcionar, pero el consumo está determinado por el tiempo que el aparato está funcionando. 

¿Qué es el kilovatio?

El kW es la unidad de medida de la potencia eléctrica que soporta la instalación. La unidad básica de medida es el vatio W, por tanto, 1 kW son 1.000 vatios. 

En una casa, los kW definen la cantidad de electrodomésticos que se pueden conectar a la vez. Por eso para calcular la potencia que necesita una casa se suman los kW que necesitan todos los electrodomésticos. También hay que tener en cuenta el tamaño de la vivienda y el número de personas que viven en la casa. Se puede contratar la potencia eléctrica desde 1,15 kW en tramos de 0,1kW hasta los 15 kW. 

¿Qué es el kilovatio hora? 

El kWh es la unidad de medida de la energía consumida, se mide el consumo de energía en kilovatios hora. Es la medida que se utiliza para facturar el consumo de luz. El contador digital es el que controla el consumo de la luz en kWh y sobre este dato se calcula la cantidad de dinero que se tiene que cargar en la factura. 

¿Qué diferencias existen entre el kW y el kWh? 

Como hemos dicho son diferentes porque el kW mide la potencia y el kWh la energía consumida, pero cada uno tiene unas características que marcan sus diferencias: 

¿Cómo funcionan el kW y el kWh en la factura de la luz?

Para calcular cuánto se paga por la potencia en la factura de la luz hay que multiplicar la potencia contratada, 4,6 kW por ejemplo, por el precio fijo que tiene la potencia que está fijado en el BOE, y por el número de días facturados. Cuánto más alta es la potencia contratada, más hay que pagar en la factura. Este coste siempre será fijo si no se cambia la potencia. 


El cálculo del importe que tiene que pagar el consumidor por la energía consumida se realiza multiplicando los kW consumidos, por ejemplo 300 kWh, por el precio del kWh durante el periodo de facturación determinado. El precio del kWh lo establece la Red Eléctrica Española para cada hora y marca el precio de la luz en la tarifa PVPC, mientras que en el mercado libre las comercializadoras pueden fijar sus propios precios. 

Este coste es variable porque depende del consumo de electricidad que se haga cada mes, que es el periodo de facturación. No obstante, se puede calcular un consumo eléctrico medio de un hogar en 3.272 kWh, según REE, y el precio medio de las facturas de la luz roza los 1.000 euros/año. 

A la hora de comparar las tarifas eléctricas hay que tener en cuenta el precio del kW y el precio del kWh que se indica en cada tarifa. Hay tarifas donde el precio de la potencia es más alto y el de la energía más bajo y viceversa. Por tanto, cuando la potencia contratada es alta hay que buscar tarifas con el precio del kW más barato, mientras que si el consumo es muy elevado habrá que buscar las tarifas donde menor es el precio del kWh. 

Recuerda, la clave para diferenciar kW y kWh está en que el kW mide la potencia eléctrica mientras que el kWh mide el consumo.